14 septiembre 2007

¡Salvemos Bélgica!... ¿O no?

Como sabrán las marmotas bien informadas, Bélgica está sumida en una grave crisis política ante la incapacidad de formar gobierno tras las elecciones del 10 de junio. Pero ayer el Ministro de Proyectos Europeos de la República Marmota nos informó, tras su reciente viaje oficial a este país, de una serie de detalles que desconocíamos.

El caso es que hoy por hoy, y con la Constitución belga en la mano, no se pueden convocar nuevas elecciones al gobierno hasta el 2011. Así, si no se forma gobierno ahora, el país sería gobernado en principio por el gobierno en funciones actual... y decimos en principio, porque en una situación así es difícil que un gobierno en funciones pudiera tomar decisiones importantes. Y así seguiría todo hasta el 2011, o hasta que Flandes, donde el separatismo es fuerte y está creciendo cada vez más con esta crisis, decidiera separarse, lo que llevaría a posibles diferentes escenarios: un Flandes independiente o unido a Holanda, las ciudades de habla alemana del este del país (incorporadas en 1919) quizás volviendo a Alemania, Luxemburgo quizás recuperando la provincia de Valonia que les quitaron cuando se fundó Bélgica (llamada, eh... ¡Luxemburgo!)... y el resto de Valonia, incorporada a Francia o fundando un más bien inviable Estado independiente... y Bruselas... a saber...

Consternados en principio por esta situación, nos pusimos a pensar en razones por las que merece la pena salvar Bélgica... Y el caso es que todas las que se nos ocurren son refutadas de inmediato. Vamos con la lista:
  • Por el chocolate y la cerveza... (pero esto se produce en Flandes, y lo seguirán produciendo, con Bélgica o sin ella).
  • Por las grandes personalidades que ha aportado al mundo: Van Damme (¡anda ya!), el inspector Poirot (¡pero si es un personaje de ficción!), Tintín (¡otro de ficción!), Leopoldo II ( ah, sí, el genocida éste que administró Congo como si fuera su finca), Leon Degrelle (ah, la unificación europea estilo nazi, qué gran invento), Magritte (vale, va, por Magritte sí)
  • Por haberle parado los pies a los alemanes en las dos Guerras Mundiales el tiempo suficiente para que los Aliados se recuperaran (I Guerra Mundial) o al menos pudieran evacuar tropas (II Guerra Mundial)... (vale, esta es buena también; claro que, sin una Bélgica en medio como Estado neutral quizás Alemania no habría tenido un coladero tan bueno hacia Francia...)

En fin, que sólo nos quedaba Magritte como argumento. Pero entonces, precisamente la obra más famosa de Magritte nos inspiró esta imagen:



...y nos quedamos sin argumentos. Es más, qué narices, igual tampoco estaría tan mal que desapareciera Bélgica. Al menos, traería a Europa Occidental un poco de emoción, que esto está muy mustio desde la Segunda Guerra Mundial... Y además, si se cumpliera uno de los posibles escenarios de partición, esto por fin daría una respuesta a una de nuestras más famosas Preguntas al Aire: ¿Para qué sirve Luxemburgo? Pues para recoger los pedazos de Bélgica.

Así pues, hacemos este llamamiento: ¿hay que salvar a Bélgica o no? Apórtennos sus ideas y sugerencias.