Para terminar el año con buenos sentimientos y bondad, Pensamiento Marmota ha decidido lanzar una nueva sección, Ciudadano Cabrón.
En este post propondremos maldades que se pueden hacer al vecindario y al prójimo... pero no pravus gratia pravi, sino maldades destinadas a que se cumpla estrictamente con la ley. Es decir, se trata de convertirnos en el típico ciudadano cabrón que llama a la grúa porque ve un coche mal aparcado, aunque no le cause ninguna molestia... ser la versión adulta del chivato asqueroso de clase... recuperar el noble espíritu de Robespierre, que, si la ley decía que había que guillotinar a alguien, le daba igual que el condenado fuera su amigo o su hermano.
Así pues, para dar ideas, aquí van unas propuestas, aparte del susodicho coche mal aparcado:
- Pasar junto a la cola de una tienda, y al ver a alguien colarse, avisar a los afectados.
- Cuando se abre el plazo de la declaración de la renta, estar atentos a si un compañero de oficina cuenta algún truco que usa para no declarar algo, y acto seguido llamar a Hacienda.
- Tomar nota del día que alguien llega tarde al trabajo sin que se dé cuenta el jefe, para al día siguiente, cuando llegue a la hora, decir delante del jefe: "Hombre, Manolo, hoy sí que llegas a la hora..."
- Comprarse un medidor de ruido de lo más sofisticado, y llamar a la policía en cuanto el vecino supere los límites legales en medio decibelio.
- Ir cada noche a la casa okupada más cercana, y cortarles los cables que han tirado para puentear la luz.